Desde una perspectiva psicológica, las diversas estrategias para manejar el estrés pueden dividirse en dos tipos principales. Las que se enfocan sobre la emoción y las que enfocan en el problema.
Las primeras buscan cambiar la forma en que interpretamos o evaluamos las situaciones estresantes. Suponga que su cónyuge decide divorciarse de usted. En lugar de afligirse y desesperarse usted puede decidir que, después de todo, él o ella no es su tipo de persona preferida. Este tipo de estrategia puede, en ocasiones, resultar en una distorsión de la realidad. Sin embargo también es cierto que puede resultar en una forma muy efectiva de manejar una situación estresante permitiéndonos re interpretar ésta de una manera más positiva y evitando estados emociones dañinos a la salud.
El segundo tipo de estrategias son estrategias de resolución de problemas que trabajan directamente con la situación estresante de modo que ésta se reduzca o desaparezca. En estas estrategias por lo general lo que se hace es identificar el problema, generar la o las soluciones adecuadas y aplicarlas al problema. Una vez esto se logra se espera desaparezca el estrés. Por lo general mientras mejor es una persona resolviendo problemas mejor podrá utilizar este tipo de estrategia. Por esta razón puede resultar efectivo el adiestrarse en técnicas y estrategias generales de resolución de problemas.
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